Volvemos a la carga en Área Xbox analizando uno de los DLCs más prometedores de los últimos meses, hablamos concretamente de The Sorobeans. Este nuevo contenido tiene como objetivo añadir aún más contenido a Outward. Pero claro, si quedase aquí la cosa, no pasaría nada, pero es que esta expansión pretende añadir un 25% más de contenido al juego. Esto sin duda son palabras mayores, más aun viniendo de un pequeño estudio como es Nine Dots.
Es por esto último, que no hemos querido dejar pasar la oportunidad de analizar este ambicioso DLC. Para quienes no conozcan Outward, deben saber que estamos ante un título que propone al jugador el rol más puro posible. Esto hace que sea un juego casi que de nicho. Principalmente por varios motivos, que hacen que la aventura sea verdaderamente ardua y que sólo aquellos más puristas lograrán disfrutar. Algunos de estos motivos son, por un lado la inexistencia de marcadores en el mapa que nos permitan saber donde estamos en cada momento, la necesidad de comer, beber y dormir o las múltiples enfermedades que existen en su mundo.
No obstante, si eres un amante del género obtendrás un producto que a pesar de sus notables limitaciones técnicas cuenta con un apartado jugable de sobresaliente. Sin más, vamos a adentrarnos en este nuevo contenido que entre sus principales virtudes cuenta con la adición de una nueva facción y una nueva localización.
Bienvenidos a Harmattan
Hemos de comentar, que para poder disfrutar de este DLC tenemos que cumplir ciertos requisitos. El principal de ellos es no estar afiliado a ninguna facción. Este punto puede que a más de un jugador le resulte un limitante demasiado grande, por lo que bien, deberá crear un nuevo personaje o finalizar el juego y empezar de nuevo con su personaje. Una lástima para muchos jugadores.
Aparte de esto, el resto de requisitos son bastante sencillos. Sólo necesitaremos encontrar a un mercader ambulante, pagarle 200 monedas de plata y tener 3 raciones de viaje encima. Una vez que hagamos esto, estaremos rumbo a Harmattan.
Esta nueva ciudad es una verdadera maravilla. No sólo por las posibilidades que ofrece sino que en lo personal, es una de las más vistosas a niveles artísticos. Dentro de todo lo que nos tiene que ofrecer la ciudad, encontraremos como principal reclamo la universidad. Ya que será aquí donde tendremos que empezar a dar nuestros primeros pasos con esta nueva facción.
Con respecto a las misiones que nos ofrecerán, debemos decir que hay un poco de todo. Las iniciales son un tanto soporíferas y no aportan demasiado, no obstante, si tenemos un poco de paciencia veremos como irán mejorando rápidamente. Además de esto, el territorio que podremos ir recorriendo aporta nuevas y grandiosas localizaciones. Es todo un placer recorrer cada uno de los parajes que nos tiene preparado este nuevo contenido.
Outward sigue reinventándose
Dejando a un lado la ciudad de Harmattan, tenemos que hablar de qué mejoras existen a nivel jugable en este DLC. Lo primero de todo es el hecho de haber creado un nuevo estado alterado, la corrupción. Esta nueva localización ha sufrido mucho contra el Azote, prueba de ello es que muchas plantas que encontraremos durante nuestras aventuras saciarán nuestro apetito pero nos proporcionarán un cierto grado de corrupción.
Aunque no será lo único que nos corromperá. Existen zonas del mapeado donde el simple hecho de atravesarlas nos subirá el medidor, al igual que el uso de algunas magias. Todo ello, aumenta la dificultad de un título que de base es bastante exigente.
No obstante, este no es el único añadido que hace esta expansión a Outward. Durante nuestros periplos por estas nuevas tierras encontraremos pergaminos que nos permitirán encantar nuestras armas. Estos encantamientos, añaden una nueva e interesante mecánica al título. Ya que para obtener los beneficios de estos encantamientos necesitaremos varios pasos previos. Ya sabéis, esto es Outward, aquí todo necesita preparación.
Sumado a todo lo anterior, encontramos el añadido de mazmorras, donde las cosas se nos pondrán verdaderamente difíciles, pero tendremos suculentas recompensas. Todo esto, viene aderezado con el añadido de nuevas armas, armaduras, recetas de alquimia y cocina.
Nunca es suficiente
Además de todo lo citado hasta ahora, encontraremos también una nueva «clase» dentro del juego. Esta nueva clase denominada velocista estará especializada en el combate cuerpo a cuerpo sin armas. Es decir sólo con el poder de sus manos. Esto genera un nuevo árbol de habilidades único que nos permite dar un giro radical a la jugabilidad del título. Optando de esta forma por un combate mucho más ágil que el experimentado hasta ahora dentro del título. Si bien es cierto, que debido a las evidentes limitaciones técnicas, el combate de Outward nunca será especialmente fluido.
Además de esto, encontraremos nuevas habilidades mágicas, que están destinadas a utilizar la corrupción como armas. Este punto es realmente interesante ya que hace que el concepto de corrupción se sienta como algo orgánico dentro de las mecánicas jugables de este nuevo contenido.
Pero ¿cumple las expectativas?
He de decir, que en un primer momento me resultaba poco creíble pensar que este nuevo DLC añadiría tanto contenido como el comentado por sus desarrolladores. Pero, mis dudas no tardaron en convertirse en puro optimismo una vez que logré llegar a Harmattan. The Sorobeans tiene todo con lo que debe contar una buena expansión. No sólo añade una enorme cantidad de contenido, sino que añade nuevas mecánicas jugable a un juego que de base dotaba al jugador con un sugerente abanico de posibilidades.
Quizás la única pega que se le pueda poner a este DLC es el bajo nivel de algunas de las misiones principales de esta nueva facción, o la imposibilidad de unirte a ella si ya cuentas con otra. Pero a pesar de esto, sigue siendo una actualización que cumple de sobremanera y que permitirá a muchos jugadores tener motivos más que de sobra para volver a su mundo. Si os ha gustado este análisis, recordad que justo aquí tenéis muchos más.
Acerca del autor
Psicólogo amante de los juegos cooperativos, el RPG y de disparar a todo aquello que se mueva.